MADRID, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los cardiólogos alertan de que es necesario proporcionar una guía basada en la evidencia para la seguridad y eficacia de los anticonceptivos y las opciones de planificación del embarazo para las mujeres con enfermedades cardiovasculares, un grupo de pacientes de alto riesgo, según un artículo publicado en el 'Journal of the American College of Cardiology' (JACC).
El embarazo puede aumentar el riesgo de morbilidad y mortalidad en mujeres con enfermedades cardiovasculares y, sin embargo, muchos cardiólogos no tienen conversaciones sobre anticoncepción antes del embarazo con sus pacientes en edad fértil.
Investigaciones anteriores han encontrado que el 68% de las mujeres han tenido relaciones sexuales al menos una vez cuando tenían 17 años, y un estudio de pacientes con enfermedades cardíacas congénitas (ECC) identificó que el 26% de todos los adolescentes (de 15 a 18 años) y el 74% de todos los adultos jóvenes (de 19 a 25 años de edad) con ECC informan haber tenido relaciones sexuales alguna vez.
Para las mujeres en edad reproductiva con enfermedades cardiovasculares, planificar si quieren quedar embarazadas es vital para la salud tanto de la madre como del feto. A muchas de estas mujeres se les prescriben medicamentos para tratar enfermedades cardiovasculares que podrían dañar al feto, y el embarazo puede causar una morbilidad y mortalidad significativas entre las mujeres con enfermedades cardiovasculares preexistentes.
A pesar de las crecientes tasas de enfermedades cardiovasculares adquiridas en mujeres de este grupo de edad, se desconoce la frecuencia de las conversaciones sobre planificación reproductiva entre los cardiólogos y estas pacientes.
Los autores del artículo dicen que instan a las mujeres con enfermedades cardiovasculares a desarrollar objetivos reproductivos que incluyen decidir si quedar embarazadas y cuándo, y alentar la toma de decisiones compartida con su obstetra, cardiólogo y proveedor de atención primaria para crear un plan de acción.
El documento también enfatiza que los médicos cardiovasculares deben educar a sus pacientes sobre cómo las afecciones cardíacas afectan la toma de decisiones médicas y anticonceptivas para el embarazo.
"Es importante que los médicos cardiovasculares evalúen la necesidad de anticoncepción y la idoneidad del método anticonceptivo tanto en el momento de la evaluación inicial como en los encuentros anuales posteriores en todas las mujeres en edad reproductiva (de 15 a 44 años) con enfermedad cardiovascular", señalaKathryn J Lindley, presidenta del Comité de Enfermedades Cardiovasculares en Mujeres de la ACC y miembro del Grupo de Trabajo de Cardio-Obstetricia de la ACC, y autora principal del artículo.
"Si también se observa que una paciente identificada con mayor riesgo de complicaciones del embarazo está usando un método anticonceptivo con baja efectividad, se recomienda una discusión sobre los objetivos reproductivos y los métodos anticonceptivos seguros y efectivos", añade.
Otra barrera para la atención óptima que se analiza en el documento son las importantes disparidades que existen en el acceso a la anticoncepción y el riesgo de embarazo no deseado entre ciertas poblaciones minoritarias, incluidas las mujeres con una alta carga de enfermedad cardiovascular.
"Dadas las importantes barreras y la importancia de obtener anticonceptivos seguros y eficaces, garantizar el acceso a los anticonceptivos es una parte importante de la prestación de atención cardiovascular integral", señala Lindley.
En el documento se ofrecen recomendaciones para los distintos tipos de métodos anticonceptivos, que se dividen en tres niveles de eficacia: Métodos de nivel 1 (esterilización permanente y anticonceptivos reversibles de acción prolongada), métodos de nivel II (anticonceptivos hormonales combinados, píldoras de progestágeno solo y la inyección de acetato de medroxiprogesterona de depósito) y métodos de nivel III (métodos de barrera, retiro y planificación familiar natural).